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El Hotel Cortijo Bravo de Vélez Málaga está emplazado en una antigua casa de campo del siglo XIX, en un entorno rural que ofrece la calma y la paz que necesitas para desconectar en tus vacaciones. Un alojamiento con encanto que dispone de 20 habitaciones que combinan una elegante decoración típica de las casas señoriales andaluzas con la propia de la Málaga cosmopolita y romántica del siglo XIX. Pero con la ventaja de disfrutar de las comodidades del siglo XXI y de un espacio natural único en pleno Mediterráneo. Una cuidada combinación de estilos andaluz y británico, con materiales nobles y un interior refinado.
Todas las habitaciones tienen personalidad propia, ya que han sido decoradas una por una con aire distinto para que el visitante sienta el espacio que ha elegido para su tiempo personal como propio. Además cuentan con balcón o terraza que permiten disfrutar de las maravillosas vistas a las montañas de Málaga y a los pueblos blancos de la Axarquía. Además, cuenta con terraza en la azotea para poder contemplar el paisaje. Naturaleza viva, ríos y arroyos, el mar y sus playas. Vistas a la montaña de la maroma, pueblos blancos bañados por el sol...
En el exterior existe un jardín con árboles de aguacates, ideal para dar un agradable paseo y disfrutar de la paz que se respira en el lugar. Y en el interior, encontramos un precioso patio andaluz con columnas de mármol, arcos, una pequeña fuente y una claraboya que permite la entrada de la luz natural. La esencia del sur en cada uno de los rincones de este cortijo.
El Hotel Cortijo Bravo de Vélez Málaga está emplazado en una antigua casa de campo del siglo XIX, en un entorno rural que ofrece la calma y la paz que necesitas para desconectar en tus vacaciones. Un alojamiento con encanto que dispone de 20 habitaciones que combinan una elegante decoración típica de las casas señoriales andaluzas con la propia de la Málaga cosmopolita y romántica del siglo XIX. Pero con la ventaja de disfrutar de las comodidades del siglo XXI y de un espacio natural único en pleno Mediterráneo. Una cuidada combinación de estilos andaluz y británico, con materiales nobles y un interior refinado.
Todas las habitaciones tienen personalidad propia, ya que han sido decoradas una por una con aire distinto para que el visitante sienta el espacio que ha elegido para su tiempo personal como propio. Además cuentan con balcón o terraza que permiten disfrutar de las maravillosas vistas a las montañas de Málaga y a los pueblos blancos de la Axarquía. Además, cuenta con terraza en la azotea para poder contemplar el paisaje. Naturaleza viva, ríos y arroyos, el mar y sus playas. Vistas a la montaña de la maroma, pueblos blancos bañados por el sol...
En el exterior existe un jardín con árboles de aguacates, ideal para dar un agradable paseo y disfrutar de la paz que se respira en el lugar. Y en el interior, encontramos un precioso patio andaluz con columnas de mármol, arcos, una pequeña fuente y una claraboya que permite la entrada de la luz natural. La esencia del sur en cada uno de los rincones de este cortijo.